Corea del Sur, ¡allá vamos!

corea del sur

Nuestro viaje a Corea del Sur ha sido un cúmulo de contrastes en un país en el que convive dos antónimos. Al llegar al país tienes que aprender a convivir con la alta tecnología que ofrecen las grandes empresas en su barrio GANGNAM de grandes rascacielos con enormes avenidas de cruces interminables y comercios de lujo entrelazándolo con la vida más tradicional.  Estos barrios de casas muy humildes, cuentan con comercios muy pequeños atiborrados de productos. También tienen lugares para comer o desayunar de tan solo tres o cuatro mesas que en lugar de ser negocios ruinosos, son altamente rentables por su actividad frenética.

Analizando ambos mundos, se percibe una clara diferenciación determinada por que mientras la zona más moderna está perfectamente estructurada, en el resto reina el caos. Lo bueno es que es un caos perfectamente establecido donde los coreanos se manejan como si todo estuviera perfectamente ordenado.

Me gustaría hacer un recorrido ordenado de lo que ha sido nuestra experiencia para que, podáis conocer todo lo que hemos vivido y conocido.

Hoy os cuento nuestro primer día y primeras impresiones. ¡Allá vamos!

Nada más llegar al aeropuerto de Corea no encontramos con un simpático robot que se dedica a recorrer toda la terminal. Es un robot que pretender dar asistencia a quien la necesite, como en nuestro caso preguntarle cuestiones y dudas prácticas que surgen al llegar a otro país que no conoces. Lo mejor de todo… no, no solo habla coreano, también lo hace en otros idiomas como el inglés, así que nos entendimos perfectamente.

Lo primero que hicimos al salir con nuestras maletas fue comprar tarjetas sim de datos, porque si no lo sabía, un porcentaje muy bajo de la población habla inglés. Por lo que contar con un dispositivo que nos permitiese traducir y buscar modos de comunicarnos fue una herramienta prácticamente imprescindible. Es importante saber, que casi todas las apps occidentales y google allí tenían sus limitaciones y que las que no tenían limitaciones estaban en coreano, pero aun así nos ayudarían mucho en nuestro viaje.

Si tuviese que recomendar alguna app de las que usamos sin duda es: Kakao Talk, La mejor app para comunicarse allí, es tan popular como nuestro WhatsApp. Incluso me atrevería a decir que mucho más, porque con todos los emoticonos de la aplicación han hecho un merchandinsing con enormes tiendas de todo tipo de productos, al que es imposible resistirse.

Ahora toca, ¡conseguir un taxi!

Lo más importante nada más llegar a tu destino (sea cual sea) es saber qué medio de transporte será el más óptimo para llegar a la ciudad. El aeropuerto de Incheon está a más 30 Km de Seúl y aunque hay autobuses que llevan al centro decidimos tomar un taxi. El tema taxi es otro mundo en Corea. Existen, para tu sorpresa (y la nuestra también) tres tipos de taxis: los normales que en su maletero apenas hay espacio porque llevan un tanque de biodiesel que ocupa las ¾ partes del espacio. Para poder llevar maletas tienes que hacerlo en el interior del vehículo y que depende cuántos seáis tendrás que llevarlas encima. Esta no fue la opción que elegimos porque con 3 maletas grandes de 20 kg era imposible o eso creíamos nosotros en ese momento.

La segunda opción son dos taxis limusinas, estas son taxis grandes con un amplio maletero y muy cómodos, pero obviamente más caros.

Y la tercera opción es el Jumbo taxi, para varias personas (hasta 8) y por supuesto sin problemas para las maletas. Nosotros optamos por la segunda opción.

¡Es hora de cenar!

Cuando llegamos al hotel ya era la hora de cenar. Decidimos ir a probar un plato muy típico de Corea del Sur: Barbacoa de cerdo negro. Típico de la comida coreana (como en otras culturas orientales) es contar con una plancha para cocinar directamente en tu mesa. En este restaurante, cada mesa contaba con su propia barbacoa. El camarero se dedica a ir trayendo un sinfín de platos pequeños entre 8 y 10 con pequeñas cantidades de comida que serían los complementos  al plato principal (como el Kinchi). En cuanto a la carne, te la traen medio hecha y tras demenuzarla en cachos pequeños, terminas de cocinarla tú para hacerla a tu gusto. Algo que nos gustó mucho, a pesar de conocer mucho la cocina oriental es que te enseñan cómo debes comerlo ya que aunque os esté describiendo una barbacoa, nada tiene que ver con las nuestras.

La forma de comer este plato es la siguiente: Tomas una hoja de sésamo de uno de los cuencos que te han traído, le pones encima un trozo de carne, le añades las verduras condimentadas de otro cuenco, lo enrollas y te lo comes. Puedes añadir alguna salsa si lo deseas aunque para los detractores del picante, no os las recomiendo. El resto de los platillos que os comentaba antes son para tomar entre medias de estos bocados. Podrías decir que es como nuestro picoteo o nuestros entrantes.

Como os decía, hay platos y salsas muy picantes por lo que aconsejo probar siempre antes un poco de cada platillo. En Corea del Sur usan un picante muy fuerte y podemos encontrarnos una desagradable sorpresa que nos haga llorar y no precisamente de alegría. La verdad que la barbacoa estaba deliciosa y fue lo mejor manera de acabar el día.

El próximo día os descubro más acerca de nuestro viaje a Corea del Sur y todas las ciudades y sitios maravillosos que visitamos.

¡Si tienes pensado viajar a Corea del Sur, no dudes en preguntarme y trataré de resolver cualquier duda que pueda surgirte!

Conoce más sobre nuestro viaje en @antaraandco

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *